viernes, 4 de febrero de 2011

CARACTERES DEL INDIVIDUO GLOBALIZADO:



1) Individualismo, meritocracia:
Se resaltan los aparentes méritos individuales de ascenso social (clase media) y se es despiadado con los de clase más baja que la de uno (frases como: "no trabaja el que no quiere", "lo que yo tengo me lo gané con mi trabajo", "yo pago mis impuestos", etc), sin tener en cuenta que la pobreza masiva que apareció entre los 70 hasta fines de los 90 no fue producto de la "incompetencia" de los que "no supieron hacerse ricos", sino del brutal cambio económico que se estaba imponiendo (destrucción de la industria nacional y de la legislación social, reemplazo por una estéril economía de servicios). Lo mismo ocurrió en la Revolución Industrial: la hipócrita ideología Victoriana justificaba la pobreza mostrándola como un fracaso individual, pero lo real es que el brutal incremento repentino de la pobreza fue producto de la incorporación de la máquina a la producción industrial, que volvió virtualmente innecesaria a la mayor parte de la mano de obra que existía hasta entonces. Esta ideología Victoriana perdura hasta nuestros días.

2) Consumo compulsivo:
Partiendo de su asqueroso y mediocre individualismo, el hombre globalizado se cree con derecho al consumo ilimitado de todas las banalidades que se le ofrecen en el mercado, consume todo lo que puede y su única limitación es el dinero de que dispone. Su ideal de consumo es tener la última tecnología, así por ejemplo cambia su celular o su auto cada tres meses porque ya es viejo. Para él tecnología no es el desarrollo de su país, el progreso de su industria, la generación de trabajo y la capacitación de los trabajadores. Todas esas cosas las odia y lo asquean: para el hombre de la globalización la única tecnología que vale es su aparatito electrónico portátil.

3) Acumulación de dinero:
Los valores de este hombre globalizado están en hacerse de cuanto dinero pueda. La frase "lo que yo tengo me lo gané con mi trabajo" resulta graciosa a la luz de los hechos, porque comúnmente la pronuncian personas que nunca en su perra vida trabajaron, sino que a lo sumo se compraron un departamentito y se lo alquilaron al primer pobre gil que encontraron, viviendo así de la usura, como parásitos que son. La mayoría de ellos se dedican a alguna rama del rubro del comercio (economía de servicios). No critican a los que tienen más dinero que ellos, sino que se sienten identificados y desearían ser así (caso del conflicto del campo en Argentina). Por ejemplo, a los vecinos de un edificio, cuando se quejan del aumento de las expensas, no les da la cabeza para ver que el verdadero culpable es el chorro del administrador (porque lo ven como uno de ellos, incluso si los caga), sino que achacan el aumento al primer trabajador que tienen a mano: hay que bajarle el sueldo al portero. Con esto también demuestran una total ignorancia de las leyes laborales, lo que es una prueba más de que en la perra vida trabajaron, ya que deberían saber que por ley no se puede bajar el sueldo de un trabajador, bajo ningún concepto.

4) Marketing: El marcado global reemplaza fácilmente pautas culturales de consumo por productos impuestos a partir de una necesidad creada. En el rubro del marketing, se generaliza la estrategia de crear la necesidad, en lugar de satisfacer necesidades reales. Se imponen falsos estándares de calidad, como encuestas y ránkines para legitimar un producto y hacerlo más vendible.

5) Medios Masivos de Comunicación:
Los Medios Masivos de Comunicación son capaces de convertir en verdad cualquier supuesto o falacia que rápidamente se convierte en prejuicio general. Crean sentimientos fatalistas, pero muchas veces lo hacen burdamente. En un mes hay una ola de secuestros y al mes siguiente resulta que no hay ninguno. Más vergonzosas son las maniobras de distracción que aparecen en épocas de tensión social, como el caso de las vacas mutiladas por extraterrestres en 2002, al que los autodenominados periodistas dieron una cobertura total, esforzándose en dar un tinte esotérico a la cuestión, afirmando que los cortes eran perfectos y no podían haber sido realizados por nada humano, e incluso silenciando groseramente al que intentara sacarle el misticismo a la cuestión (caso del Doctor Romero, veterinario que, en el programa del "periodista" Chiche Gelblung, trató de convencer que no se trataba de extraterrestres y fue interrumpido inmediatamente y no volvió después de la pausa), todo esto hasta que de repente ya no se habló más del tema porque la maniobra de distracción y sensacionalismo ya no era necesaria.

Por Ameht Ratkowsky

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